La entrada en vigor el próximo curso escolar de la LOMLOE se debe concretar en la Comunidad Valenciana a través del Decreto de Ordenación Académica que la Consellería de Educación tiene la responsabilidad de publicar y en el que se concretan para todas las asignaturas, y también para la de Religión y Moral Católica, las cargas horarias, el funcionamiento general, etc.
Ante esta situación, la Junta de la Mesa de Educación en Libertad, integrada por organizaciones representativas de la comunidad educativa de la Comunidad Valenciana (en concreto, Universidad Católica de Valencia, CEU San Pablo Valencia, FCAPA, CECE Valencia, Escuelas Católicas Comunidad Valenciana, secretariados de Enseñanza de las Diócesis de Valencia, Orihuela-Alicante y Segorbe-Castellón) envió ayer un duro comunicado bajo el título “A vueltas con la discriminación a la clase de Religión”.
“Sin diálogo ni comunicación”
En ese comunicado resaltan que “la especificidad de la asignatura de Religión y Moral Católica requiere de la necesaria colaboración y diálogo entre la administración educativa y los responsables de cada confesión religiosa en la medida que una desarrolla la norma marco mientras que los otros son responsables del curriculum y del profesorado que la imparte”.
“Los Delegados de Enseñanza de las Diócesis de la Comunidad Valenciana- Segorbe-Castellón, Valencia y Orihuela-Alicante– solicitamos hace meses mantener una entrevista de trabajo con el secretario autonómico de Educación y Formación Profesional para conocer el desarrollo autonómico de la LOMLOE, sobre la clase de Religión. Después de semanas de silencio se nos comunicó que no era momento y ya se nos avisaría”, se destaca en el comunicado.
Subrayan en el comunicado que “al final de curso y ante la falta de una convocatoria, se volvió a solicitar dicha reunión, la cual hasta ahora no ha sido posible. Pensamos que hemos perdido la oportunidad de dialogar sobre unas instrucciones que van a influir en la configuración de la asignatura y los profesores de Religión y Moral Católica. Como todo lo que se refiere a esta octava reforma educativa en democracia, consideramos que el proceso no ha sido el adecuado. A estas alturas del calendario, la organización del próximo curso escolar se está improvisando sobre la base de borradores. Lo que, a nuestro criterio, parece que pretenda que los nuevos decretos pasen desapercibidos para que el tiempo de reacción de profesorado y familias sea el menor posible”.
Borradores, horarios mínimos y confusión
Denuncian que “la Consellería ha ido facilitando a los equipos directivos de colegios e institutos una serie de “borradores de decretos” para que organicen el próximo curso. Las distintas versiones de estos borradores han ido circulando entre la comunidad educativa, pero ninguno de ellos ha sido remitido de forma oficial a los responsables de las diócesis hasta que se hizo una queja formal”.
Así mismo, señalan que “se han tomado decisiones en los centros que afectan a la asignatura y al profesorado sin tener conocimiento de los mismos y con la inseguridad jurídica que supone tomar decisiones que afectan a los horarios y configuración curricular de esta materia, afectando a su vez al trabajo de los profesores”.
“Queremos manifestar además que los borradores muestran una falta total de sensibilidad hacia el trabajo de los docentes de esta materia, que han visto reducida a la mínima expresión la carga horaria de la asignatura. Además, consideramos que un horario tan limitado imposibilita un desarrollo adecuado de esta o de cualquier otra materia”.
Subrayan también que “no se puede hablar de “calidad educativa” ni de “educación integral de la persona” sin un adecuado reconocimiento y por tanto también presencia horaria de la asignatura de Religión y Moral Católica. Materia que creemos contribuye a desarrollar autonomía y espíritu crítico desde la visión cristiana y que hace explícita la dimensión trascendente de todo ser humano”.
Preguntas sobre la «atención educativa»
Por otra parte, preocupa en qué consistirá la llamada “atención educativa”. “La voluntad del legislador de dejar sin una asignatura espejo la clase de Religión y Moral Católica, ha sustituido la anterior asignatura de valores éticos por una llamada “atención educativa” cuya propia definición es tan abierta que nadie sabe muy bien de qué se trata”.
“Los padres pueden consultar en el BOE y conocer el nuevo curriculum de la asignatura de Religión y Moral Católica adaptado a los cambios normativos y pedagógicos de la LOMLOE. Se echa en falta la misma claridad para conocer en qué va a consistir esta “atención educativa” y cuál va a ser su contenido en la práctica”.
Respetar los acuerdos con la Santa Sede
Igualmente, señalan que “también en bachillerato, los borradores de decretos, dejan a la Religión y Moral Católica en un estatus de inferioridad que nada tiene que ver con que sea una asignatura equiparable a “materia fundamental”, como recogen los acuerdos entre la Iglesia y el Estado Español, en la medida en que deja de ofertarse como el resto de optativas y el alumno que la elija tendrá una hora lectiva más que el resto de compañeros.
“Además, por las experiencias de otros momentos en que se intentó esta forma de presión contra la asignatura, se extendió la “consigna no escrita” de colocarla en el horario a primeras o últimas horas. Esto en la práctica ya fue motivo de discriminación para el alumnado de Religión y Moral Católica que debía entrar antes o irse después que el resto de sus compañeros y por tanto veían dificultado el acceso en igualdad al transporte, y otras complicaciones añadidas”.
Las cinco peticiones
Al final del comunicado y bajo el título “Esperamos que en algún momento se tenga en cuenta”, enumeran cinco peticiones.
En concreto, son: “la dignidad de esta asignatura y la igualdad con el resto de materias fundamentales sin depender de preferencias ideológicas o políticas; la valoración del trabajo de los docentes y su formación permanente para estar actualizados y acordes a cada tiempo; la igualdad de condiciones académicas para las familias y alumnos que, en su derecho, no como favor, escogen libremente, a pesar de las dificultades Religión y Moral Católica; la transparencia en el fondo y forma del tratamiento de esta materia; y la madurez para superar las preferencias personales o ideológicas para el bien común de todos los alumnos, tanto de los que libremente la escogen como de aquellos que no lo hacen”.