El Vaticano hace público un rito para instituir a los catequistas, laicos de profunda fe y madurez humana

A partir del 1 de enero de 2022, los laicos catequistas serán instituidos y bendecidos por su obispo. El Vaticano ha publicado el texto del ritual, una de las fórmulas latinas con las que un hombre o una mujer – laicos de profunda fe y madurez humana y con la debida formación bíblica y pastoral- serán instituidos como catequistas por su obispo durante una celebración litúrgica.

Así lo ha dado a conocer ayer el arzobispo Arthur Roche, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos, quien publicó el texto en latín y una carta fechada el 13 de diciembre, siete meses después de que el Papa Francisco instituyó el «ministerio de catequista» como un oficio formal y una vocación en la iglesia.

Distintas realidades ministeriales 

Para el Prefecto del Culto Divino es «una nueva oportunidad para llegar a una visión orgánica de las distintas realidades ministeriales». En una carta adjunta aclara la naturaleza del ministerio «que corresponde a los laicos» y los requisitos para llevarlo a cabo, informa Vatican News. 

El arzobispo Roche afirma en su carta que «los hombres y mujeres católicos instalados formalmente en el nuevo ministerio de catequistas no son simplemente maestros de educación religiosa, sino que están comprometidos en «la proclamación y transmisión de la fe, desempeñando este papel en colaboración con los ministros ordenados y bajo su dirección». 

Las funciones de un catequista 

«El término ‘catequista’ indica diferentes realidades en relación con el contexto eclesial en el que se utiliza», escribió el arzobispo Roche. «Los catequistas en los territorios de misión se diferencian de los que trabajan en iglesias de larga tradición. Además, las experiencias eclesiales individuales también producen características y patrones de acción muy diferentes, tanto que es difícil darle una descripción unitaria y sintética», recoge Ángelus News. 

El prefecto de la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos explicó así mismo, que en diferentes partes del mundo se pueden encontrar catequistas formalmente reconocidos «guiando la oración comunitaria, especialmente la liturgia dominical en ausencia de un sacerdote o diácono; asistiendo a los enfermos; dirigiendo las celebraciones funerarias; capacitando y guiando a otros catequistas; coordinando la pastoral con iniciativas y promoción humana según la doctrina social de la Iglesia, ayudando a los pobres y fomentando la relación entre la comunidad y los ministros ordenados».

Funciones del laico en una parroquia 

Mons. Roche dijo que la gente no debe sorprenderse por la «amplitud y variedad de funciones» asociadas a los catequistas porque «el ejercicio de este ministerio laico expresa plenamente las consecuencias del bautismo y, en la situación particular de la falta de una presencia estable de los ordenados ministros, es una participación en su acción pastoral».

«Esto es lo que afirma el Código de Derecho Canónico cuando prevé la posibilidad de encomendar a una persona no ordenada una participación en el ejercicio de la pastoral en una parroquia, siempre bajo la moderación de un sacerdote», escribió. 

Es necesario, por tanto, formar la comunidad para que no vea al catequista como un sustituto del presbítero o diácono, sino como un miembro de los fieles laicos que vive su bautismo en fructífera colaboración y corresponsabilidad con los ministros ordenados. , para que su pastoral llegue a todos». 

Los que no deben ser instituidos como catequistas

El arzobispo Roche también incluye una lista de aquellos que «no deben ser instituidos como catequistas»:

– Los que ya han comenzado su camino hacia el orden sagrado y en particular han sido admitidos entre los candidatos al diaconado y al sacerdocio», porque el ministerio de catequista es un ministerio laical.

– Religiosos y religiosas, independientemente de que pertenezcan a Institutos cuyo carisma sea la catequesis, salvo que actúen como líderes de una comunidad parroquial o coordinadores de la actividad catequética.

– Los que desempeñan un papel exclusivamente para los miembros de un movimiento eclesial, ya que ese papel es asignado por los líderes del movimiento y no por el obispo diocesano.

– Los que enseñen la religión católica en las escuelas, salvo que también realicen otras tareas eclesiásticas al servicio de la parroquia o diócesis.

«La institución del Papa de un ministerio formal de catequista, -dijo-, tampoco debería poner fin a la práctica de que todos los maestros de religión de una parroquia o escuela sean comisionados y recibidos un mandato al comienzo de cada año escolar». 

 

 

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