El Papa Francisco después del rezo mariano del Ángelus de este domingo 21 de agosto, expresó su preocupación y dolor, por el pueblo de Nicaragua, que como afirmó, sigue de cerca la difícil situación, que «involucra a personas e instituciones».
El Pontífice manifestó además su convicción y esperanza de que, «a través de un diálogo abierto y sincero, se puedan seguir encontrando las bases para una convivencia respetuosa y pacífica», y añadió: «Pidamos al Señor, por intercesión de la Purísima, que inspire en los corazones de todos, una voluntad concreta”.
Cabe recordar que, el pasado viernes, la policía del país allanó la Curia Episcopal de Matagalpa, sacando con la fuerza al Obispo de la Diócesis, Mons. Rolando Álvarez junto a las personas que le acompañaban en la curia episcopal.
En un reporte del cuerpo policial se informaba que Monseñor Álvarez había sido llevado a Managua, a su casa, donde permanecerá en arresto domiciliario. Los otros religiosos y el camarógrafo, fueron trasladados a la Dirección de Auxilio Judicial, conocido como el Chipote.
A la fuerza
La Policía Nacional había irrumpido a las tres de la madrugada en la Sede Episcopal de Matagalpa, llevándose consigo con la fuerza a Mons. Rolando Álvarez y otros, supuestamente, ocho religiosos y un laico. Después de sacarlos con la fuerza fuera del edificio Episcopal, los metieron en un convoy policial.
En un reporte de la Policía se informa que Álvarez ha sido llevado a Managua, a su casa, donde estará en resguardo domiciliar y ha podido reunirse con sus familiares. El Cardenal Leopoldo Brenes, Arzobispo de Managua y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal, pudo hacerle visita y han podido conversar ampliamente.
Los otros religiosos y el camarógrafo, que fueron sacados con la fuerza de la Curia han sido trasladados a la Dirección de Auxilio Judicial, conocido como el Chipote. En la Curia de Matagalpa, permaneció en carácter de autoridad Eclesial y sin ninguna restricción policial o de movilidad, el Vicario, Mons. Oscar Escoto.
Hasta este fin de semana, estaban en la Curia junto a Mons. Álvarez, el primer y segundo vicario de la Catedral de Matagalpa, José Luis Díaz y Sadiel Eugarrios, respectivamente; Monseñor Oscar Escoto, Vicario General de la diócesis y párroco de la Iglesia Santa María de Guadalupe; padre Ramiro Tijerino, rector de la Universidad Juan Pablo II y el padre diácono Raúl González. Además de dos seminaristas, Darvin Leyva y Melkin Sequeira y el camarógrafo Sergio Cárdenas.
Las diócesis españolas se solidarizan
Las diócesis españolas también han reaccionado ante la detención forzosa del obispo Rolando Álvarez, en su domicilio en Managua. Por una parte, el arzobispo de Madrid cardenal Carlos Osoro, subrayó en su cuenta de Twitter que «la Iglesia en Madrid se une a la Iglesia que peregrina en Nicaragua y reza para que pueda realizar su misión en paz». En este contexto, la parroquia del Santísimo Redentor acogerá el domingo 4 de septiembre, a las 13:00 horas, una Misa en solidaridad con el pueblo y la Iglesia de Nicaragua.
Además, el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saix Meneses, manifestó su solidaridad con los detenidos y pidió oración «por la justicia, la libertad, el bien común y la paz social en aquel pueblo hermano».
Granada pide la liberación del obispo
Por su parte, la archidiócesis de Granada asegura en un comunicado que «no podemos sino protestar enérgicamente por los continuos ataques a la Iglesia católica en Nicaragua, y pedimos la liberación del obispo».
Así, recuerda que la Iglesia en los últimos tiempos ha vivido en Nicaragua «verdaderos brotes de odio, de violencia y de represión»,asegurando que «el gobierno ha intentado amedrentar a los católicos de ese país reteniendo por 16 días al obispo en la sede de la curia, y posteriormente, en la madrugada de ayer, lo “han secuestrado” junto con las otras personas, de modo que aún se desconoce su paradero; y no conforme con ello, ha destruido parte del patrimonio de la Iglesia, y ha sustraído de las iglesias imágenes significativas para el pueblo cristiano».
Pensamientos para Ucrania
Tras saludar a los fieles, romanos y peregrinos de varios países: familias, grupos parroquiales, asociaciones, el Pontífice recordó a los presentes de perseverar en la cercanía y la oración por el «querido pueblo ucraniano, que está sufriendo una inmensa crueldad”.
Entre los grupos que el Santo Padre saludó, estaban presentes la comunidad del Pontificio Colegio Norteamericano, a ellos saludó especialmente a los nuevos seminaristas que acaban de llegar, y les exhortó al compromiso espiritual y a la fidelidad al Evangelio y a la Iglesia.