La ermita de San Roque, situada en el monte Kolitza, ha celebrado una festividad importante para los creyentes del entorno. Recibieron con sorpresa y alegría la visita del obispo, que por primera vez se acercó a celebrar la fiesta litúrgica al monte bocinero.
En su homilía, se refirió a la importancia de las tradiciones y las relaciones en la vida de las personas. Hizo hincapié en la peculiaridad de la ubicación del templo, en una cima y la dedicación del mismo no a uno, sino a tres santos. San Fabián, San Sebastián y San Roque. Tuvo un recuerdo especial por todas las personas que «les encantaba subir, pero que ahora no pueden» y a los difuntos «que eran habituales en el Kolitza».
La festividad de San Roque en Balmaseda está ligada a un monte, el Kolitza. En la ermita situada en la cima, celebró ayer la feligresía del entorno junto a Mons. Segura.
El párroco del lugar, Fran Pinilla, señala que, la gente valoró positivamente que el prelado participara en un acontecimiento «tan querido para todos en la villa».
Monte bocinero
Se conocen como montes bocineros (en euskera Deiadar-mendiak) a las cinco cumbres de Bizkaia desde las que antiguamente hacían sonar bocinas de cuernos para anunciar la celebración de las Juntas Generales del Señorío de Bizkaia a través de señales sonoras y luminosas.
Estas cimas, de los montes Kolitza, Ganekogorta, Gorbea, Oiz y Sollube, podían verse por todo el territorio histórico. Cada una de ellas pertenecía a una merindad distinta del Señorío de Bizkaia.
El primer monte en dar el aviso empleando el cuerno era el Gorbea. Los otros montes respondían desde sus respectivas cimas. Cuando los pueblos vecinos advertían la llamada a la participación ciudadana, sabían que, en el siguiente cambio de luna, tendrían lugar las Juntas Generales.
El origen de la tradición
Para conocer el origen de esta tradición, es necesario remontarse siglos atrás, hasta la Edad Media. Entonces, las Juntas Generales tenían lugar en la Casa de las Juntas de Gernika. Consistían en una asamblea que ejercía el poder normativo del territorio histórico vasco de Bizkaia. Sus labores eran fundamentalmente legislativas y las leyes se basaban en las costumbres.
Condicionados por el modo de vida de la época, donde las poblaciones estaban dispersas, surgieron los montes bocineros. Se trataba de un método de aviso efectivo para que los habitantes advirtieran el inicio de las Juntas Generales.
Esta tradición fue desapareciendo y, en su lugar, las Juntas Generales se empezaron a convocar a través de las campanas de las ermitas. Más tarde, con la elección de procuradores en representación de los vecinos y la extensión de las convocatorias con textos escritos, esta forma de comunicación se fue perdiendo paulatinamente. En el siglo XVII el sistema de los montes bocineros se sustituyó y se perdió definitivamente.
Recuperación
En el año 2004, con motivo del 25 aniversario del restablecimiento de las Juntas Generales de Bizkaia, se recuperó la tradición. De manera rotatoria cada año, se celebra el llamado “Día de los montes bocineros”, desde una cima distinta.
Cumbres más importantes
Repartidos estratégicamente por el Territorio Histórico de Bizkaia se encuentran los cinco montes bocineros. En primer lugar, el Kolitza con 879 metros y situado al oeste en la comarca de Las Encartaciones. En el centro del territorio, el monte Ganekogorta se alza a 998 metros en el término municipal de Alonsotegui, muy próximo a Bilbao. En el sur, el monte Gorbea (o Gorbeia) sobre Arratia-Nervión con 1.482 metros de altitud. Al este, sobre el Duranguesado, Lea Artibai y Urdaibai, el monte de Oiz con 1.026 metros. Y por último, el monte Sollube que se encuentra en el norte a 686 metros, situado sobre Bermeo, Urdaibai y el Txorierri.