VATICANO, 17 Ago. 22 (ACI Prensa).- Este miércoles 17 de agosto, el Papa Francisco entró en el Aula Pablo VI del Vaticano ayudado por su bastón para presidir la Audiencia General centrada en el tema “El Anciano de los días”, donde destacó la importancia del testimonio transmitido de ancianos a jóvenes y niños.
Debido a las altas temperaturas propias del verano romano, las audiencias generales de los miércoles de agosto continúan realizándose en el interior del Aula Pablo VI, donde numerosos fieles y peregrinos escucharon las palabras del Santo Padre.
Durante su catequesis, el Papa Francisco defendió que “la vejez debe dar testimonio a los hijos de su bendición”, algo que el Pontífice definió como “lo central de la vejez”.
“Dar testimonio de la fe delante de un niño es germinar esta vida. Es más, dar testimonio de humanidad y de fe es la vocación de los ancianos. Dar a los niños la realidad que han vivido como testimonio, dar el testigo. Los ancianos estamos llamados a esto, a dar el testigo para que ellos lo lleven adelante”, aseguró el Santo Padre.
A continuación, el Papa aseguró que “el testimonio de los ancianos es creíble para los niños: los jóvenes y los adultos no son capaces de hacerlo tan auténtico, tan tierno, tan conmovedor, como los ancianos”.
Además, el Papa Francisco explicó que “el testimonio de los ancianos une las edades de la vida y las propias dimensiones del tiempo: pasado, presente y futuro. No son solo la memoria, también el presente y también la promesa”.
En esta línea, el Papa lamentó las ocasiones en las que las edades de la vida son “concebidas como mundos separados y en competencia, cada uno de los cuales trata de vivir a expensas del otro”.
“La alianza de ancianos y niños -continuó el Papa-, salvará a la familia humana. donde los niños y jóvenes hablan con los ancianos, hay futuro. Si no se da este diálogo entre los ancianos y jóvenes, el futuro no se ve claro”.
“¿Podríamos devolver a los niños, que deben aprender a nacer, el tierno testimonio de los ancianos que poseen la sabiduría de la muerte? ¿Podrá esta humanidad, que con todos sus progresos nos parece una adolescente nacida ayer, recuperar la gracia de una vejez que encierra el horizonte de nuestro destino?”, se preguntó el Santo Padre a continuación.
Por último, el Papa Francisco invitó a pensar en el diálogo, “en la alianza de ancianos y niños, y busquemos que esta unión no sea interrumpida. Que los ancianos tengan la alegría de hablar y expresarse con los jóvenes. Y que los jóvenes busquen a los ancianos para coger de ellos la sabiduría de la vida”, concluyó.