“De acuerdo con los especialistas, la Catedral de México es un ‘mazapán’. La estructura está debilitada porque han ocurrido terremotos, y no ha tenido intervenciones inmediatas”, aseguró el Pbro. Ricardo Valenzuela, rector de esta Catedral, considerada la joya colonial de América y una de las 15 más bellas del mundo.
Si bien dice estar satisfecho porque finalmente, después de cinco años, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público liberó los recursos del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para atender los daños que el sismo de 2017 ocasionó en el inmueble, no deja de señalar una negligencia.
Y es que, desde el 2017 el Gobierno Federal asignó un fondo para la atención de la Catedral; sin embargo, fue necesario “corretear a las autoridades para lograr que los recursos se aplicaran. Situaciones como éstas no se pueden dejar pasar”, dice el sacerdote.
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Un inmueble abandonado
El también deán del Venerable Cabildo Metropolitano considera “penoso” que el Gobierno Federal “ponga tantas trabas cuando el recurso ya estaba asignado”, ya que ello provocó un retraso de un lustro, y el consecuente agravamiento de los daños que generó el sismo en las torres-campanario y en las cúpulas de la Catedral y del Sagrario.
“Imaginemos cómo se encuentran después de cinco años las zonas afectadas: hubo un temblor que dejó grietas, éstas se fueron haciendo grandes, entró agua, se generaron plantas y afectaciones internas. Esto es un tema de negligencia bastante delicado”, apunta el Pbro. Ricardo Valenzuela.
Desde su punto de vista, lo que pasa es que a veces no se dimensiona esto, y es muy lamentable sobre todo cuando se trata de un “edificio tan bello y noble como es la Catedral, a la que prácticamente las autoridades no han atendido a tiempo. Esto hay que decirlo: nos encontramos con 30 años de abandono”.
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La reparación de las obras de Tolsá
Además de reparar y fortalecer las estructuras de las torres-campanario y de las cúpulas de la Catedral y del Sagrario, así como de resolver las filtraciones, las acciones contemplan la restauración de las famosas esculturas de las virtudes teologales hechas por Manuel Tolsá. Cabe recordar que una de ellas, La Esperanza, se derrumbó en el sismo.
Pero “también se van a restaurar las otras dos esculturas: La Fe y La Caridad, puesto que con el tiempo también tuvieron daños y fue necesario bajarlas para evitar otras situaciones”. Esto implica restaurar toda la plataforma en torno al reloj para que las esculturas puedan colocarse de nuevo.
Pero éste será el último trabajo a realizar; es decir, “la cereza del pastel”. Las esculturas estarán siendo restauradas en el atrio poniente de la Catedral de México.
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Restauración a contrarreloj
Los trabajos en la Catedral de México se llevarán a cabo de septiembre a diciembre, pues es necesario ejercer el recurso en este año fiscal. Al respecto, el rector del recinto considera que será un periodo de mucha presión, pero de ninguna manera el inmueble cerrará sus puertas.
Detalla: “Los fieles y turistas no tendrán limitaciones; iremos haciendo cambios de entradas y salidas, pero en ningún momento se verá afectada la Catedral en cuanto al culto y en cuanto a los servicios. Se habrán de poner, en las mamparas y estructuras de trabajo, las indicaciones e información pertinentes para que la sociedad pueda acudir a la iglesia-catedral, y para que conozcan lo que se está haciendo”.
Esto lo estaría haciendo la Secretaría de Cultura, a través de su Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, que en estos momentos está convocando a los concursos de licitación para que la empresa que resulte ganadora pueda comenzar a trabajar a parir del 1 de septiembre.
La Catedral es un paciente ‘geriátrico’
El Pbro. Ricardo Valenzuela consideró que el trabajo que queda para los siguiente rectores de la Catedral de México será el “no abandonar el inmueble, trabajar permanentemente, amar el tema de la conservación del patrimonio y descubrir que nuestros antecesores nos dejaron un edificio magnífico, pero podemos cometer una grave omisión al no trabajar a favor del mantenimiento, la conservación y la preservación.
Explicó que la atención a la Catedral implica muchas tareas que van de la mano: algunas requieren más dinero, otras de alguna especialidad, porque es un inmueble muy demandante. “Los especialistas en restauración hablan de la Catedral de México como un paciente geriátrico, que necesita una atención muy especializada”.
Finalmente hizo un llamado a todas las autoridades, civiles y eclesiásticas, a no abandonar este histórico inmueble, y a trabajar para mantenerlo en pie, “atendiendo –dijo– todas sus dolencias que el tiempo le ha dejado”.