«Hermanos y hermanas, cuando nuestras redes en la vida están vacías, no es el momento de compadecernos, de entretenernos y de volver a nuestras antiguas ocupaciones. Es hora de empezar de nuevo con Jesús, de encontrar el valor para empezar de nuevo y nadar con Él hacia las profundidades«.
Este fue el pensamiento principal del Papa Francisco en sus reflexiones antes del rezo del Regina Coeli al mediodía del domingo 1 de mayo, ante una plaza de San Pedro algo nublada pero repleta de peregrinos y fieles, informó el Vaticano.
Refiriéndose al relato evangélico de la tercera aparición de Jesús resucitado a los apóstoles, el Santo Padre explicó que los apóstoles estaban algo desmoralizados y decepcionados a orillas del Mar de Galilea y decidieron volver a su antigua vida de pescadores que no habían pescado nada.
Era necesario volver a empezar con Jesús», dijo el Santo Padre, «como muchas personas hoy que sienten que han retrocedido.
Y para ello el Papa ofreció tres verbos: seguir adelante, volver a empezar y tomar las riendas de nuevo: ante la decepción o una vida que ha perdido el sentido, y cuando «hoy siento que he retrocedido…» (…) «Vuelve a avanzar con Jesús; vuelve a empezar, vuelve a empezar», porque Jesús está «esperándote, pensando sólo en ti, en mí, en cada uno de nosotros».
Lo mismo dijo a los que se sienten desanimados, como el apóstol Pedro aquel día en el mar de Galilea, y esto sucede, dijo, cuando por «cansancio, frustración, quizá pereza, nos olvidamos del Señor y descuidamos las grandes decisiones que hemos tomado para contentarnos con otra cosa».
«Por ejemplo, cuando no encontramos tiempo para las conversaciones familiares, sino que damos prioridad a las actividades personales; cuando nos olvidamos de la oración y dejamos que las necesidades nos abrumen; cuando descuidamos la caridad, poniendo excusas para apresurarnos en la vida cotidiana. Pero cuando lo hacemos, nos sentimos como Pedro, desmoralizados y con las redes vacías».
A estos hermanos y hermanas, el Papa Francisco les pidió un nuevo impulso para lanzarse al bien, sin miedo a perder nada, sin esperar demasiado, sin esperar a que otros empiecen. Porque para encontrar a Jesús hay que ser fiel», concluyó el Santo Padre.